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Escapada al Valle del Jerte
Escapada al Valle del Jerte

Escapada al Valle del Jerte

Aitor Egea
Aitor Egea

Los mejores momentos para visitar el Valle del Jerte y disfrutar de su esplendor

El Valle del Jerte es un destino ideal durante la primavera, especialmente entre marzo y abril, cuando los cerezos florecen y transforman el paisaje en un mar de flores blancas. Otra época destacada es el verano, perfecto para disfrutar de piscinas naturales como El Simón y de rutas como la de Los Pilones. El otoño ofrece un hermoso esplendor con los colores cambiantes de la naturaleza, mientras que las Jornadas Gastronómicas de la Cereza Picota atraen a los amantes de la gastronomía.


Ruta de Los Pilones, por Jesús Sánchez Ibáñez (kaosjsi)
Ruta de Los Pilones, por Jesús Sánchez Ibáñez (kaosjsi)
Hotel Balneario Valle del Jerte, por Carlos Olmo
Hotel Balneario Valle del Jerte, por Carlos Olmo
La Garganta de los Infiernos, por Rodrigo Nieto
La Garganta de los Infiernos, por Rodrigo Nieto
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, por Lala
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, por Lala
Plaza Independencia, por Lala
Plaza Independencia, por Lala
Barrio de los Bueyes, por Lala
Barrio de los Bueyes, por Lala
Jornadas Gastronómicas de la Cereza Picota, por Lala
Jornadas Gastronómicas de la Cereza Picota, por Lala
Mirador de la Memoria, por Lala
Mirador de la Memoria, por Lala
Mirador de Cabezabellosa, por Lala
Mirador de Cabezabellosa, por Lala
La Plaza, por Lala
La Plaza, por Lala
Casa Consistorial, por Lala
Casa Consistorial, por Lala
Iglesia de San Miguel Arcángel, por Lala
Iglesia de San Miguel Arcángel, por Lala
Piscina Natural El Simón, por Lala
Piscina Natural El Simón, por Lala
Museo de la Cereza, por Lala
Museo de la Cereza, por Lala

Una escapada al Valle del Jerte se convierte en una experiencia inolvidable donde cada rincón revela la magia de su entorno. Desde el esplendor de la ruta de Los Pilones hasta la tranquilidad de la piscina natural El Simón, cada momento invita a la exploración. La autenticidad del paisaje, la cultura local y la deliciosa gastronomía enriquecen la visita, convirtiendo este destino en un verdadero refugio para los sentidos.