¿No sabes qué ver en Cataluña?
Elegir los pueblos o el pueblo catalán más bonito es una tarea realmente difícil, ya que dentro de Lleida, Girona, Barcelona y Tarragona se encuentran aldeas y villas de lo más pintorescas.
Si no sabes qué ver en Cataluña, debes saber que su costa se expande hasta los 700 kilómetros, en los que puedes encontrar lugares tan bellos como Sitges, Tossa de Mar, Begur o Cadaqués. Estos pueblitos pesqueros son un auténtico retiro de desconexión.
Y si te has preguntado dónde ir a pasar el día en el interior de la región, Taüll, Rupit i Pruit, Mura o Barruera pueden ser la escapada rural perfecta para descubrir Cataluña y sus espacios naturales.
La capital de la comarca del Valle de Arán es un destino idílico para los amantes del esquí, ya que en sus cercanías se encuentra la estación de Baqueira Beret. El pueblo, típico de montaña, ofrece al viajero una de las joyas de transición del románico al gótico del norte de España: la iglesia de Sant Miguèu de Vielha. Su torreón pertenecía a un antiguo castillo medieval, por ello su aspecto fortificado. Excelente opción si quieres conocer los Pirineos catalanes.
La villa ducal de Montblanc posee un casco medieval declarado conjunto histórico-artístico. La iglesia de Santa María, llamada por los locales la catedral de la Montaña, porque está ubicada en un promontorio desde donde se ve toda la población. ¡Las vistas son impresionantes!
Sin duda, la plaza de Monells es uno de esos sitios que no vas a olvidar jamás. Este emplazamiento porticado fue el protagonista de la película 8 apellidos catalanes y si vas al bar que sale en el film, descubrirás que no retocaron nada. Una de las cosas que debes hacer si visitas esta aldea, es desayunar una buena tostada con butifarra.
Miravet se encuentra en un meandro del río Ebro y en él destaca el castillo templario de Miravet, una construcción que comenzó en el siglo IX, y el coqueto embarcadero. Este lugar idílico es perfecto para hacer turismo rural en Cataluña. Si quieres visitar Tarragona, se encuentra a tan solo una hora de aquí.
Si estás en la capital catalana puedes hacer la excursión a Lloret y Tossa de Mar, dos espectaculares rincones de la Costa Brava. Tossa es uno de los destinos favoritos para los amantes del sol y dan fe de ellos dos de sus mejores playas: la playa de Es Codolar y la playa Mar Menuda. No dejes de visitar Tossa para apreciar las mejores calas cerca de Barcelona.
El valle de Boí es un lugar montañoso que es visitado por miles de amantes de la naturaleza cada año. En él se halla el pueblo de Barruera, donde se puede disfrutar de un fin de semana de descanso en el balneario Caldes de Boí y aprender sobre historia mientras ves la iglesia de San Feliú de Barruera, un templo románico digno de mención.
Siurana se levanta sobre un abrupto peñón de caliza bañado por el torrente de Estopiñá. Fue el último reducto catalán en caer durante la reconquista y en él se han forjado las más llamativas leyendas, como la de la reina mora Abdelazia. También puedes conocer el legado histórico en el castell de Siurana.
Visitar Llívia es cambiar totalmente de país. ¿Sabes por qué? Aunque pertenece a la provincia de Girona, su alrededor es todo territorio de Francia. Por eso no es de extrañar que al pasear por sus calles escuches castellano, catalán y francés. Entre sus atractivos está la iglesia Mare de Déu dels Angels y la torre de Bernat de Só, además de la Farmacia de Llívia Esteve, de origen medieval y fundada nada más y nada menos que en el siglo XV.
Si hablamos de pueblos con encanto en Cataluña, no podemos dejar a un lado Arties, perteneciente al Valle de Arán. Como en otros muchos núcleos de población de la zona, tiene su iglesia románica de Santa María de Arties y ofrece multitud de locales de restauración donde degustar comida tradicional, como el restaurante Casa Irene o el restaurante Eth Taro.
Situado en las marismas del Ampurdán se localiza el pueblo de Ampuriabrava. Es un destino turístico por excelencia de los viajeros europeos, que se han enamorado de sus 24 kilómetros de canales de agua. Si te gustan las emociones fuertes puedes saltar en paracaídas y disfrutar de una vista de pájaro espectacular en el centro de paracaidismo: SkyDive Empuriabrava.
Si lo que buscas es un pueblo con encanto cerca de Barcelona, Mura es tu lugar. Perderse por su entramado de callejuelas empedradas es toda una aventura. A lo largo y ancho de la aldea verás manantiales históricos como la fuente de la Era de Mura y edificios de gran valor como la iglesia de Sant Martí de Mura, que acoge en su tímpano la Epifanía.
Otro coqueto pueblo cerca de Barcelona es Sitges. Aparte de ser el escenario del Festival de Cine de Sitges, se comen unos exquisitos arroces y tiene rincones de ensueño como la plaza de la Vila o el racó de la Calma, un conjunto de edificaciones que parecen sacadas de una película. Todo esto sin mencionar que aquí encontrarás algunas de las mejores playas cerca de Barcelona.
Fonteta es una pequeña población que no llega a los 300 habitantes y está enclavada en la comarca del Bajo Ampurdán. Esta localidad perteneció a la baronía de Bisbal y en ella destaca los diferentes hornos de cal como el Forn Gran y su iglesia barroca de Santa María.
Horta de Sant Joan es una localidad situada en el Parque Natural dels Ports. Íberos, árabes y cristianos habitaron estas tierras, dejando su huella en el territorio. Si te adentras en su casco viejo retornarás unos cuantos de siglos atrás, sobre todo en su plaza porticada medieval, que está rodeada de enormes edificios de sillería. Tampoco te puedes perder la visita al Centre Picasso d'Horta.
Castellfollit de la Roca es un municipio de lo más pintoresco y el segundo pueblo más pequeño de Cataluña, debido a su pequeña extensión de apenas un kilómetro. Está enclavado en un risco de caliza de 50 metros de altura y está coronado por la iglesia Sant Salvador, que ha sido pintada y recreada por diversos artistas.
Se cuenta que fue justo aquí, en Calella de Palafrugell, donde Joan Manuel Serrat escribió su célebre canción Mediterráneo. Aunque sin saberlo a ciencia cierta, a nadie le extrañaría, ya que esta joya costera en la que destacan sus bellas casitas marineras, las dunas del castillo de Cap Roi y su ubicación junto al histórico Camí de Ronda sería musa para cualquiera.
En los 15 pueblos con encanto en Barcelona ya hablamos de la relación de este pueblo con Dalí y Gala. Pero no es solo su aire bohemio y sus edificios históricos por lo que debes visitarlo, sino también por sus bellos espacios naturales como cala Culip o cala Montjoi. ¡Una escapada perfecta para el verano!
Muchos afirman que Peratallada es uno de los pueblos más bonitos de Cataluña, si quieres averiguarlo, descúbrelo por ti mismo. Nada más introducirte en su muralla verás como la piedra de las fachadas hace contraste con el color de las flores de sus balcones. Los monumentos que no puedes perderte son el castillo de Peratallada, la iglesia de Sant Esteve y la plaza de Les Voltes con sus vigorosos arcos de origen medieval.
Esta localidad histórica es la capital de la comarca del Bajo Ebro. ¿Sabíais que fue sede de la Disputa de Tortosa? Fue un gran debate religioso entre judíos y cristianos durante la Edad Media. Si la visitas, no te pasará desapercibida la catedral de Tortosa o de Santa María y su ornamentada fachada barroca. Si quieres conocer todos los escondrijos del municipio, apúntate a la visita guiada por Tortosa.
Pals está considerado uno de los pueblos más bonitos de la Costa Brava y no es para menos. Sus coquetas calles y el tono ocre de sus casas crean un ambiente acogedor y un escenario único para postear en Instagram. Uno de los elementos más representativos es la torre del homenaje, un torreón redondo de 15 metros de altura. Si visitas Pals no dudes en hacer noche en uno de estos hoteles con vistas al mar en la Costa Brava para hacer de tu visita algo inigualable.
Los amantes de la historia del arte no pueden dejar de visitar la villa pirenaica de Taüll, ya que en ella se encuentran dos de las basílicas románicas más bellas de toda Cataluña: la iglesia de San Climent y la iglesia de Santa María de Taüll. En la primera, se hallaba el Ábside de San Clemente de Tahull, unas pinturas al fresco del siglo XII que se conservan en el Museu Nacional d'Art de Catalunya. ¡Un auténtico deleite para la vista!
Si te gustan los pueblos de montaña, Salardú es tu próximo destino. A tres kilómetros de la estación de Baqueira Beret y situada en pleno Valle de Arán, esta villa es visitada por miles de esquiadores cada año. En pleno invierno se convierte en una auténtica postal navideña, con sus tejados negros cubiertos de nieve donde sobresale el campanario octogonal de la iglesia románica de Sant Andreu de Salardú. ¿Quieres más? Échale un vistazo a los 18 rincones para disfrutar de la nieve en Cataluña.
Bellver de Cerdaña es uno de esos rincones que te evaden del mundo exterior, su cercanía con Francia, su posición estratégica y las pinturas rupestres del Abrigo de la vall de l’Ingla lo convierten en un destino ideal para un fin de semana en Cataluña.
La plaza Mayor de Vic es una de las más bonitas del territorio catalán y de España. Los edificios que la rodean tienen porches porticados y cada uno es de un estilo, desde barroco hasta modernista. Lo más curioso de la ciudad, es que si paseas por su zona alta te toparás con un templo romano de Vic del siglo II, que fue reconstruido a través de un capitel corintio y un fuste de columna lisa.
Tavertet es uno de esos lugares pintorescos que no vas a olvidar jamás. Todo el pueblo está enclavado en lo alto de un risco, lo que hace que todo el núcleo de población sea un mirador con vistas a las montañas del Montseny. Si te fijas en sus casas, todas son empedradas, hasta 40 de ellas se construyeron entre los siglos XVII y XIX. Esto ha hecho que disponga del título de Bien de Interés Cultural.
Uno de los mayores atractivos de Santa Pau es su localización en el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. Aparte de caminar por su bello casco histórico, puedes hacer una ruta senderista que te lleve hasta los volcanes de Croscat y Santa Margarita.
Uno de los mayores encantos de Begur son sus recónditas y excepcionales playas, como la cala de Illa Roja, o la cala de Aiuga Xélida. Así que si no sabes dónde dormir en Begur, no te preocupes, encontrarás varios hoteles en familia en Cataluña y desde cualquiera de ellos podrás hacer una ruta en coche hasta sus ensenadas. A algunas de ellas se llega por serpenteantes carreteras con parajes de ensueño.
Nada más ver Rupit y Pruit entenderás por qué está considerado el pueblo medieval más bonito de Cataluña o, al menos, uno de los más bonitos. Su pont penjant o puente colgante para acceder a la aldea, la iglesia de San Miguel, el castillo de Rupit o sus estrechas callejuelas de piedra son el reclamo para un fin de semana en Cataluña.
El skyline de Besalú es tan impresionante, que la gran serie de televisión Juego de Tronos usó algunos de sus emplazamientos para sus rodajes. Si hay una imagen icónica de esta villa, es el puente de Besalú, un viaducto románico partido en dos por un torreón hexagonal.
El santuario de Paller, la torre de la Portella, la iglesia de Sant Esteve o el puente románico del río Bastareny son los emblemas del municipio. Aunque si lo que quieres es experimentar algo único, debes ir en julio para adentrarte en el mercado medieval de Bagà. Diversas actuaciones y talleres tienen lugar en esta festividad.
¿Cuál es el que más te ha gustado? Seguro que has anotado más de uno para descubrir en tu próximo viaje. Si te has quedado con ganas de más, no te pierdas la lista de Cataluña, 21 lugares mágicos para disfrutar en familia.