Queenstown recibe el apodo de “Capital Mundial de los Deportes Radicales”, y no es en vano. Su disposición natural permite practicar todo tipo de deportes al aire libre. Por esto recibe gran cantidad de turistas extranjeros y locales. Pero Queenstown es mucho más que exclusivamente aventura, hay muchísimas cosas que hacer en Queenstown hoy en día. Una de los primeras motivaciones que hay en Queenstown, y de las que más orgullosos se encuentran los neozelandeses, es su perfecto respeto a la Naturaleza. Y Queenstown no es menos, el pueblo se compone mayoritariamente por calles peatonales creando una simbiosis perfecta con el patrimonio natural al que pertenece. Escasean los vehículos motorizados.
Si eres un amante de los souvenirs y recuerdos de viajes, hay muchas cosas que ver en Queenstown. No olvides llevarte un detalle de lana hecha a mano. Son característicos también los trabajos en madera de estilo Maorí y la exquisita miel.
En las orillas del lago te esperan algunas actividades que ver en Queenstown, puedes realizar un cómodo viaje por sus aguas. Esta es una visita obligada, adaptada a todo tipo de planes y bolsillos.
Entre otros lugares que ver en Queenstown, el teleférico te sitúa en lo alto del monte, desde allí los más valientes se atreven a realizar Bungy Jump o un vuelo en parapente. En este punto existe uno de los sitios que ver en Queenstown, a poder ser en pareja. Por la noche el restaurante situado en lo alto de la colina ofrece unas inmejorables vistas del municipio iluminado.
En los meses de invierno el turismo se multiplica, sin otro motivo que visitar en Queenstown, sus estaciones de esquí. Se suceden los festivales de música y todo tipo de actividades al aire libre, destinadas a que el viajero disfrute.
Se puede realizar rafting en el río, dar un paseo en helicóptero o descenso en barca. Cuando se acaban las actividades, por cortesía, se ofrece un buen almuerzo caliente. Hablando de gastronomía, existen distintos restaurantes, una de las mejores cosas que hacer en Queenstown. No te prives de probar sus vinos, conocidos en todo el mundo.