Fiarse sale caro.
La atención telefónica fue muy buena, los problemas llegaron al llegar a Trives. Tienes que ir a buscar al dueño al pueblo para que te indique como llegar a la casa y una vez allí nos dicen que el desayuno mejor que vayamos al pueblo a tomarlo en su cafetería (7 km de distancia por carretera de monte) ya que el va a tener a la pulpera en el local al día siguiente. Después te quedas totalmente solo en la casa y el mini pueblo que constituye el hotel y gracias a los deficientes materiales de la casa te quedas encerrado en el salón sin posibilidades de escapar. Al llamar a los dueños te dicen que no están cerca, así que avisaran por whatsapp a otra persona... la otra persona jamás se enteró como era lógico y perdimos medio día de nieve.
En el desayuno el dueño ni sabía lo que tenía que poner y eso que venía especificado en la web. Finalmente nos dijo que por la mala noche nos invitaba a los desayunos y nos cobró 49€... precio de las habitaciones grandes, no la Piteira.
Fiarse de unas buenas palabras puede salir muy caro.