Abadía de Arbroath

En la costa Este, junto al mar, en el histórico pueblo de Arbroath, el rey William I ordenó construir una abadía (en 1178) en conmemoración al asesinato del que fue su amigo de infancia y posteriormente santo, Thomas Beckett. A su muerte el rey fue enterrado bajo el altar principal.

Los monjes Tironienses procendentes de la abadía de Jeburgh (en los Borders Escoceses) fueron los encargados de inagurar esta abadía.

Sin embargo, la abadía tuvo un papel de importancia en la Declaración de Arbroath, en pleno siglo XIV, donde los nobles escoceses escribieron esta declaración para revocar

La abadía de Arbroath tiene un cierto tono rojizo muy llamativo. Además las ruinas en pie, las tumbas que se disponen por todo el recinto, los frontales de piedra que se resisten a caer, todo evoca una fascinante decadencia.