Abadía de San Martín del Canigó

Se encuentra en las cercanías de Vilafranca de conflent situado sobre una pequeña meseta sobre las estribaciones septentrionales del macizo del Canigó, a 1.055 metros de altura. Para acceder a él se debe dejar el vehículo en el pueblo de Castell situado debajo del monasterio, y andar durante unos 45 minutos aproximadamente por un sendero que asciende un desnivel cercano a los 200 metros. A medio camino se encuentra la pequeña capilla funeraria de Sant Martí el Vell , donde se puede hacer un pequeño descanso. Más fácil es contratar una excursión en 4X4 que te deja en las puertas del monasterio.
Historia:Alrededor del año 1000 y por iniciativa propia del conde de Cerdaña-Conflent, Guifré Cabreta, se empiezan las obras de construcción de la abadía de Sant Martí del Canigó, con la intención hacer venir una comunidad de monjes benedictinos, procedentes de la abadía cercana de Sant Miquel de Cuixá .

La empinada cuesta que lleva hasta el monasterio de Sant Martí del Canigó puede desmoralizar a más de un turista pero nosotros recomendamos firmemente no darse por vencido y llegar hasta el destino final, el impresionante monasterio de Sant Martí, en la casi sagrada para los catalanes montaña del Canigó. El monasterio sigue habitado y su estado de conservación es muy bueno, la visita guiada es en francés pero con un poco de conocimiento y buena voluntad puede seguirse sin problema, merece especial atención el mirador del monasterio, un poco más elevado y que nos permite tener las mejores vistas

Sant Martí del Canigó es un antiguo monasterio benedictino del siglo XI, todavía en activo, situado en la montaña del Canigó, de ahí su nombre. Situado en la bellísima comarca del Conflent francés, muy cerca de otra maravilla de pueblo, Villafranca de Conflent. El ascenso hacia el lugar santo se lleva a cabo por una estrechísima, sinuosa y empinada pista cementada que recorre unos parajes sin igual, dejando ver, de vez en cuando, bellos lugares mirando hacia el horizonte. Un lugar absolutamente recomendable para visitar incluso si no queremos entrar al propio monasterio.

Paz en estado puro