Ruth Rosado Febus
Aquella madrugada comencé a sentir que ...
Aquella madrugada comencé a sentir que los rayos tibios del sol penetraban los cristales húmedos de mi auto y al mirar que el nuevo día nacía, tuve que detenerme para experimentar de frente y sin prisas que el amanecer trae consigo esperanzas y suspiré complacida.
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