Para conocer hay que caminar y caminar...
Para conocer hay que caminar y caminar fue lo que más hice cuando visite cada uno de los lugares a los que fui. Cuando llegamos a París, a pesar de la época, hacia muchísimo frío con lo cual subir a la parte superior de los transportes y congelarse fue todo uno, pero poco y nada importo, el tiempo había que aprovecharlo al máximo y llegar a conocer los lugares planificados.
Entre el Museo del Louvre y el Jardín de las Tullerías descubrí un Arco de Triunfo del que desconocía su existencia llamado Arco de Triunfo de Carrusel. Lo proyectaron Charles Percier y Pierre François Léonard Fontaine, tomando como ejemplo el arco romano de Servero y mandado construir por Napoleón como un modo de recordar las victorias militares obtenidas entre 1806 y 1808. Sus tres arcos tienen un tratamiento polícromo de las superficies y con una riqueza decorativa mucho más importante que otros proyectos del Imperio. Acentúa su suntuosidad una cuádriga de bronce que lo corona y unas bellísimas columnas estilo corintio en mármol rosa.