Arrés

El restaurante está en lo más alto de una montaña, con vistas al Pirineo aragonés. El sitio es pequeñito, pero el pueblo está cuidado con la arquitectura del Pirineo.
El bar abrió en el 2006 dando de servir a turistas que visitan la zona y a peregrinos del Camino de Santiago.
Es un bar acogedor con una pequeña barra para los vecinos del pueblo, con las paredes en tonos naranja acogedores, al menos después de una etapa como a mi.
La carta suele tner menú diario con tres primeros, segundos y postres como fruta, flan, o incluso pasteles caseros. Su especialidad son las migas de cordero.

Fatal reservamos para ir y no nos avisaron de que las migas son por encargo, nos preguntaron si erams peregrinos dijimos que no y cuando llegamos nos llevamos la sorpresa, no hay carta solo un menú de arroz ,macarrones y ensalada de segundo salchichas , filetes de lomo y pechuga de pollo de postre fruta yogur y helado , nada en especial nada de la tierra y ningún plato de la región. En definitiva una gran decepción

Por cierto el "menú" son 12,90€ no volvemos a ir