Fuego en el cielo
Como lección para aquellos que nos pasamos la vida buscando los lugares más evocadores y las fotos más impactantes, para los que hemos buscado los atardecers más bellos en los lugares más recónditos, están los caprichos de la propia naturaleza que pueden hacer que, cenando una tarde de verano en la terraza de mi propia casa y de una forma completamente inesperada, se formen delante de mis atónitos ojos los colores más bellos y se me ofrezca un espectáculo de varios minutos con lección incorporada en detalle de las tonalidades que pueden alcanzar los colores rojo, naranja, amarillo y violeta. Un pequeño regalo de Dios quizá a sabiendas de que el día había sido un poco tenso para mí.