Auray

A las dos orillas del estuario del Loc’h en el golfo de Morbihan como un caballo rampante se encuentra Auray. Una ciudad nacida por decisión de la familia Alréens. Dueños y señores de vastos dominios que dominaban desde el alcázar de esta ciudad. Hoy, en Auray se cuentan historias de fantasmas, damiselas y caballeros que rondan a esta ciudad, y que adentra al visitante en la máxima intriga y sigilo. Muros de granito con puertas clausuradas, ventanas con traviesas chirriantes. Los mejores atrezzos para el visitante. Una ciudad, que cuenta con un puente de piedra con garitas defensivas, y que a la madrugada es pasto de la niebla, es el mejor paso para los ‘caballeros’ del siglo XXI.

Hicimos una paradita en este pueblo, es agradable y tiene algunos rincones, quizá el problema es que sus casas y centro histórico está más desperdigado que el del resto de pueblos de la zona, aun así es interesante.
Nos sorprendieron 2 cosas de Auray, la primera que en pleno mes de agosto a las 6 de la tarde no hay un alma por la calle y la segunda que el Cristo en la cruz de su iglesia principal está en el exterior ¡qué raro! ¿no?.