El AVE normal me había decepcionado por ...
El AVE normal me había decepcionado por ser algo carito y sentir mucho la velocidad (con el viento y el tren que se mueve), al revés, con la clase Club no sentí pasar la hora y media de viaje que hice entre Zaragoza y Madrid.
A penas te sientas que las azafatas te traen un menú y un mantel para poner en tu mesita, el menú depende de la hora del día, me tocó una merienda, con un surtido de canapés variados salados, había de paté, de salmón, no los más originales pero para estar en un tren, bien, y una botellita de vino. Luego de postre me trajeron una tarta de manzana.
También ofrecen la prensa, auriculares para ver una película, los asientos son super cómodos y anchos, solo hay tren por rango, y hay un montón de espacio para las piernas, yo tenía la mochila en los pies y me sobraba espacio.