carlos navarro
Slow food contundente y a buen precio.
Fui con mi amiga Pilar buscando un sitio por el casco histórico de zaragoza. Nos animamos a meternos en este simpático bar con manteles como los del trastevere romano, bajamos a la bodega donde comimos muy tranquilos, a buen precio. Comida fusión y unos postres caseros para golosos. Todo en un ambiente joven y distendido.