Un restaurante con vistas
Realmente no pensaba parar a comer aquí, pero hacía un día tan espléndido que me sedujo encontrar esta agradable terraza con vistas al puerto deportivo, a la playa de Lastres y al Cantábrico. La verdad es que con este entorno la comida ¡me supo a gloria!
Tenían menú del día a 20€ (era sábado, supongo que los días laborables fuera más económico), aunque como era tarde se les había terminado, así que me mostraron la carta, toda basada en productos típicos asturianos, pescados y mariscos. Por lo que ví en las mesas de alrededor, las raciones eran descomunales de modo que pedí de primero algo ligerito: una nécora, que estaba de muerte y era de un tamaño más que considerable. Cabe decir que el restaurante está justo al lado de la cetárea de mariscos de Lastres.
Como plato fuerte elegí el rollo de bonito, un plato muy típico en Asturias que me encanta; me pusieron una bandeja enorme con 4 rodajas y un montón de patatas fritas caseras. Sin palabras, tanto me emocioné que cuando me acordé de tomar la foto ya me había comido la mitad!
Al llegar al postre ya no tenía nada de apetito, pero como soy un pelín golosa, no pude resistirme a los frixuelos caramelizados y rellenos de nata.
El servicio rápido y súper atento. El precio: incluyendo una copa de Albariño, agua y café pagué 25,50€. Desde luego, fue una comida memorable.
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