Basílica de San Lorenzo

Esta sencilla basílica en el centro de Milán es, aunque pequeña, famosa por tener dos cosas: la cúpula más grande de todo Milán y una réplica de la Última cena. Merece la pena visitarla y relajarse unos minutos del bullicio milanés. Eso sí, como seas chica y vayas con tirantes, falda o cosas así, prepárate para un buen sermón. De todas formas, si estás en pleno agosto, no te preocupes: no hace falta que vayas todo el día de manga larga para poder entrar, ya que dentro te pueden prestar un mantón para taparte los hombros.

Aunque no es la más famosa, la Basílica de San Lorenzo tiene en su interior la cúpula más grande todo Milán. Además, dentro se encuentra una copia del cuadro de la última cena que copió un discípulo de Leonardo DaVinci.

La entrada a la basílica es gratuita así que es una buena forma de ver una réplica muy fiel de la gran obra de Milán sin esperar meses y colas.

La basílica es del siglo XVI, aunque la original se fundó aproximadamente en el año 370.

La basílica de San Lorenzo se fundó en el año 370 aproximadamente, y luego se renovó y se repintó en el siglo XVI. Aún así ha mantenido la estructura original bizantina.

No está muy lejos del Duomo, aunque claro después de ver esta maravilla la Basílica de San Lorenzo te sabe a poco... Dentro sólo me encontré con un vigilante, y la basílica es más bien sencillita.