El bastión de los pescadores, en la ...
El bastión de los pescadores, en la colina que se levanta en la parte de Buda, sobre el Danubio, es un lugar impresionante que es totalmente obligado visitar en la capital húngara. Su majestuosidad y grandeza se ven desde cualquier punto de la ciudad, pero cuando se está en su interior es cuando uno se da cuenta del increíble lugar en el que se está.
El Bastión fue construido en 1905 y se bautizó así por encontrarse en la parte de muralla que defendían los pescadores de la zona en la edad media. Desde arriba se pueden disfrutar de las mejores vistas de la ciudad, con el Danubio a los pies, el puente de las cadenas y al fondo, el Parlamento. Además, hay una increíble vista de la parte de Pest.
Todo el conjunto es como una ciudad medieval en la que parece que el tiempo no ha pasado, debido a las murallas, los torreones y las calles de grandes adoquines. Por la noche, la imagen es aún más "auténtica" debido a las luces, que le dan a todo el recinto un tono rojizo de gran belleza. Dentro, hay un par de hoteles bastante caros y gran cantidad de restaurantes típicos, algunos de los cuales no se exceden mucho en el precio y se come bastante bien. Las tiendas de recuerdos abundan, aunque aquellas que tienen pinta de caras... son caras.
Son muchos los miradores que hay en el bastión y desde donde observar la ciudad o tomar un descanso con unas vistas inolvidables. Uno podría perder toda una jornada paseando por sus jardines, recorriendo sus callejuelas e imaginándose cómo sería la vida en la Edad Media en aquel impresionante castillo.
A la hora de visitarlo, hay que tener tiempo para poder disfrutarlo, ya que si sólo se hace la típica visita rápida (algo imposible una vez se está allí), será como no haber estado.
Pero no son sólo monumentos lo que hay en el recinto amurallado. Las casas cercanas al Palacio Real son una auténtica obra de arte, de diferentes colores, altura baja y todas distintas. Merece la pena recorrerlas y disfrutar de cada una de ellas.


