500 años de historia envolviendo los corazones de los habitantes.
Hay casos en que las tradiciones locales no se mantienen por espíritu comercial o turístico sino por un amor hacia las artes y el folclore que mantienen esos mismos rituales como algo vivo, palpitante y encarnado en las gentes del lugar. Es el caso de los belenes de Nápoles, que después de 500 años siguen envolviendo los corazones de los habitantes.
La zona más indicada para sumergirse en la atmósfera navideña es San Gregorio Armeno, la calle de los "presepi" (belenes). El ambiente es un popurrí de gente, gritos, luces y petardos. Aquí, durante todo el mes de diciembre hasta principios de enero, podemos encontrar un sinfín de tiendas artesanales donde se vende y se fabrica todo tipo de decoraciones y personajes para construir la representaciones de la Navidad a nuestra medida. La oferta varía desde las estatuillas más simples y baratas a obras mecanizadas de miles de euros, pero lo más interesante es elegir entre los personajes más clásicos del belén tradicional y los que representan una caracterización irónica o satírica de personas reales: Maradona, Obama, el Papa y cualquier otro vip.