De nuevo acudimos a la Leyenda para...
De nuevo acudimos a la Leyenda para recuperar el episodio que da cuenta del origen de la construcción de esta iglesia y dice así: Una vez que el Rey Lalibela casi había completado la edificación de sus iglesias, fue severamente reprendido por el patrón de Etiopía en persona (San Jorge) quien se apareció ante el propio rey montado sobre su caballo blanco y ataviado con su resplandeciente armadura.
La causa de tal enojo se debía a que el piadoso rey había “olvidado” construir una iglesia en honor del Santo Patrón. Para remediar esta situación Lalibela prometió a San Jorge construirle la más bella iglesia que jamás se hubiese visto sobre la faz de la tierra.
El propio San Jorge, quizá un poco escamado por el despiste del rey, se encargaría de supervisar personalmente las obras de “su” iglesia y en verdad así lo atestiguan las huellas de los cascos del caballo del Santo que aún hoy se pueden contemplar en las cercanías de Bet Giorgis y que los monjes del lugar tanto se afanan en mostrarnos.
Sin duda Bet Giorgis o “casa de San Jorge” es la más famosa de todas las iglesias de Lalibela, el hecho de encontrase separada de los dos grupos de iglesias, el hecho de haber sido la última en construirse y seguramente por ello la que mejor conservada ha llegado hasta nuestros días, su estructura monolítica, su planta cruciforme, perfectamente distinguible cuando la contemplas desde la parte superior por primera vez, hacen sin duda de esta iglesia , una construcción muy “especial” que asombrará a todo aquel que se acerque a visitarla.
Asomarse por primera al foso en el que yace Bet Giorgis resulta apasionante; desde las alturas se distingue claramente la planta de cruz griega, tres cruces horadadas en la parte superior representan la santísima Trinidad, de nuevo la simbología siempre presente en Lalibela.
Nos atrae el color rojizo de la roca y sobre todo unas grandes manchas de un amarillo intenso que salpican por doquier la fachada del edificio.
Nuestra vista se detiene por unos instantes en unos orificios excavados en la pared vertical de la cual se extrajo Bet Giorgis, dichos orificios dan cobijo, aún en nuestros días a grupos de anacoretas que buscan alcanzar la paz espiritual a través de la oración. En algunos de estos nichos se pueden ver esqueletos que pertenecerían a fieles que peregrinaron algún día a Jerusalen.
El foso que tuvieron que excavar, en plena roca, los esforzados constructores de esta maravilla alcanza los 12 metros de profundidad. Para acceder a los pies de la “Casa de San Jorge” hemos de atravesar, como no, laberínticos pasadizos, túneles y galerías que desembocan en la base del edificio.
De las tres plantas de las que se compone el edificio, sorprende a primera vista que las ventanas de la planta inferior sean “ciegas”, aunque claro, sabiendo que este edificio simboliza el arca de Noe y por tanto estas ventanas se encontrarían por debajo de la línea de flotación de la embarcación, lo lógico es que se encuentren “tapiadas” para que el agua no penetre en el interior.
En lo estrictamente arquitectónico la iglesia tiene claras influencias del estilo "axumita" lo que le confiere un aire orientalizante sugestivo y atractivo.
Una iglesia singular en un entorno inigualable.


