La Biblioteca de Celso es la imagen de...
La Biblioteca de Celso es la imagen de Éfeso, la que aparece en todos los folletos turísticos, el lugar que todo el mundo fotografía. Y no es para menos, la belleza de este edificio es impresionante, y su estado de conservación también. Hay cientos de detalles en los que pararse, que contemplar.
Esta biblioteca se erigió en el siglo II, por el cónsul Tiberio Julio Aquila, en honor a su padre Celso. La biblioteca se erigió como parte de un complejo y para que pareciera más grande que lo que en realidad es, se utilizó un truco arquitectónico: la base de la fachada es convexa. Así, los elementos que están en el centro parecen más altos, las columnas de esta zona son más grandes que las de los extremos.
Un edificio magnífico y que justifica el aluvión de fotos que de él se hacen. Eso sí, es el lugar más concurrido de todo Éfeso, así que si queréis una foto solitaria o sólo con vuestros amigos, tendréis que tener paciencia y tiempo. La hora de menos afluencia turística es a primera hora de la mañana o al atardecer.
Para mi gusto, lo más bello de la Biblioteca de Celso son la multitud de relieves y de estatuas bellísimas que nos reciben a la entrada. Las hornacinas de la misma albergan estatuas muy bien conservadas que representan a las Virtudes: Areté (la Bondad), Ennoia (Pensamiento), Episteme (Conocimiento) y Sofía (Sabiduría). Merece la pena fotografiar, observar los pequeños detalles de estas estatuas, intentar descifrar el griego antiguo de su inscripciones.
Es fácil quedarse tan solo con la foto de la impresionante fachada principal, para disfrutar de verdad de la Biblioteca de Celso hay que acercarse a las estatuas, acceder al interior, a donde van pocos turistas. Uno de los edificios clásicos más bellos que haya visto jamás.
Merece la pena acceder al interior de la Biblioteca de Celso y saber algo de su impresionante historia. Aquí se albergaban más de 12.000 pergaminos ordenados en nichos alrededor de la pared (aún pueden verse lo agujeros). Un espacio de un metro entre el muro interior y el exterior protegía los manuscritos de tamperaturas y humedades extremas. El edificio fue restautrado gracias a la ayuda del Instituto Arqueológico Austriaco y dentro de la Biblioteca pueden verse varias placas que muestran el agradecimiento del pueblo turco y el desarrollo de la restauración.


