Esta pequeña cafeterìa no es nada especial pero podèis tomar un fabuloso frapuccino por la mitad del precio que os costarìa en una super cadena. Ademas tienen perritos calientes con todas las variedades posibles de ingredientes y por la mañana se llena de gente deseando tomarse un buen café con un croissant calentito.
Ya había estado varias veces en este establecimiento, y aunque algunos productos eran buenos, una de cada dos veces me daban algo caducado u obsoleto. Hace dos noches fui a pedir una horchata de una máquina que tienen -también ofrecen granizado de limón-, el de la tienda hizo amago de decir algo pero se calló y me sirvió una horchata para llevar, llegué a mi casa y... sabía a agua de fregar. Así, literalmente, a agua con lejía. Nada recomendable si no quieres acabar en urgencias con una gastroenteritis de caballo o en comisaría porque te han estropeado la noche.
