Una bodega para los 5 sentidos
Ambiente: Es un restaurante tranquilo, con intimidad; para disfrutar de una cena que no te dejará indiferente.
Decoración: Atractivo, visualmente, en cuanto a su decoración; elegante a la paz que moderno.
Carta: en mi caso disfruté de un "menú degustación", sin saber qué me pondrían ni elegir nada de la carta. Cosa que me fastidió tanto como me encantó a posteriori, pues la elección no pudo ser más certera. Probé el mejor pulpo de mi vida (por dios, ¡qué salsa!, ¡qué sabor!); un risotto de lujo y unos postres de vicio.
El servicio: es muy rápido y atento, incluso, me atrevería a decir que hasta un poco agobiante.