Tuve la oportunidad de visitar Boracay por tres días durante un viaje de negocios de dos meses en Manila. La isla es alucinante, la gente es muy amistosa aquí en las Filipinas y yo realmente disfruté de mi experiencia.
Recomiendo el MNL Beach Hostel Boracay, buen precio, localizado en "Station 2" (con acceso a diferentes playas y a solo dos bloques de distancia del Centro Comercial de Boracay), wifi gratis y desayuno incluído.
Bendecida por las playas con arenas blancas y finas, Boracay es un sitio donde la gente de casi todos los países van para encontrar la paz y la tranquilidad. Pasear por sus largas playas se convierte en una diversión para los ojos, la boca y los oídos. Hay una variedad de actividades que uno puede hacer aquí: buceo, snorkeling y dar de comer a los peces, kite surf, kayak, visita a las islas de Crystal Cove, Magical Island, etc. Y para los que les gusta trasnochar hay montón de bares por toda la isla donde se pueden apreciar música en directo y mezclas de DJs más conocidos del país.
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Mi viaje a Boracay es una de las experiencias que jamás olvidaré en la vida. Aterrizar en ese pequeño aeropuerto perdido en medio del mar, ver cómo desde el primer minuto se desviven por complacerte, cómo te conducen hasta tu alojamiento situado en esa otra pequeña isla que está frente a tus ojos... La gente que ahí vive se vuelca con sus visitantes, incluso cuando ellos viven con lo justo, en pequeñas casas a medio construir algunas veces. El turismo en ese pequeño rincón de la tierra llamado Boracay lo es todo. Pero no es aquel turismo que lo invade todo, si no aquel que sigue guardando un respetable equilibrio con el entorno para que jamás se pierda la magia de ese lugar perdido. Ahí el Sol te recibe mucho antes que en el resto de lugares que he podido conocer y los días parecen siempre empezar un par de horas antes de lo planeado. Ahí la vida es tranquila, pero también está llena de exotismo, de mil cosas y costumbres que descubrir en sólo 10 kilómetros cuadros.
Mis mejores vacaciones, valió la pena las horas que tardamos en llegar, un lugar tan acogedor que cuenta con el agua de mar más hermoso que he visto, y eso que he visitado todas las playas del Caribe y Miami.
Su gente es tan sencilla y acogedora, son súper amigables y complacientes, hablan un inglés impecable con muy buen acento, en Asia me atrevo a decir que son los que mejor hablan inglés y se les entiende, además hablan un poco de español.
También gozan de un arte culinario que compite con el de muchos países latinos, tienen mucha similitud en sus platos con Puerto Rico y Panamá, sus sabores son muy parecidos.
Un sueño en medio de una isla paradisiaca..si en algún lugar me tengo que perder que me busquen en este encanatador hotel regentado por una familia suiza alemana..funciona todo como un reloj,el personal es un poquitín agrio pero las instalaciones son perfectas estilo colonial
Estabamos haciendo un reportaje de buceo en las islas y nos sorprendieron tres tifones en una semana. Uno de ellos el famoso Durian.. Hubo momentos en que creimos que no volveriamos a casa. Pero al final sólo quedó en una fantástica aventura en la que pudimos ayudar a mucha gente.
Sin duda este es uno de los rincones mas bonitos que jamás he visitado. La isla de Boracay en las Islas Filipinas está considerado uno de los lugares con mayor atractivo turístico a nivel mundial. Precisamente por ello siempre me mostré un poco reacio a visitarlo. De casualidad un día acabé allá, cosas del destino, lo que me hizo arrepentirme por no haberlo descubierto antes. Un lugar paradisíaco con un clima excelente, unas playas de película y un ambiente relajante y limpio para envolverse y no salir de ahí jamás.
