Sorprendente.
La verdad que cuando paseamos por el barrio de Montmartre nunca imaginamos que encontrariamos unos de los rincones con más encanto para nosotros de París.
Se trata de una panadería-cafetería de dos plantas, donde tanto venden pasteles y pan al público y para llevar (à emporter) como sirven desayunos y platos con los que se come muy pero que muy bien.
Es pequeñito pero no le falta un detalle. Yo me pedí uno de los desayunos que denominan allí "Les P´tits déjeuners à toute heure" en concreto "Les oeufs (2) au bacon avec toasts". Y por poco más de 5 euros me quedé llenísima!!! jajaja. Y para finalizar y seguir el camino, una napolitana de chocolate... que cosa más rica.