Días antes de marchar, no sabía qué echar en la maleta.
Todo el mundo me decía que allí, fuera cuando fuera iba a hacer mal tiempo seguro y llover iba a llover todos los días, así que el paraguas tenía claro que me lo tenia que llevar y tenerlo muy a la mano. Otra de las cosas que no dudé en echarme fue el bikini, ya que, como podéis ver, Bournemouth está al sur del Reino Unido, y tiene una playa muy bonita. Así que, el paraguas y el bikini siempre los llevaba en el bolso, porque lo mismo llovía por la mañana pero por la tarde hacía muy buen tiempo y nos acercábamos a la playa.
Así que si váis alguna vez por allí os lo aconsejo, aunque quizás en mi caso, como estoy acostumbrada a las playas del Mediterráneo me resultó un poco fría el agua, pero fui con compañeros del norte de España, de Asturias y Galicia y para ellos, el agua estaba estupenda.
Fuimos en pleno mes de Julio y no sé porqué razón no lo había compartido antes por aquí, supongo que no me animaba o nunca encontraba el momento ;)
El centro de Bournemouth, donde están la mayoría de las tiendas de todo tipo juntas, es muy pequeño en un día se puede ver sin problemas. Hay tiendas muy modernas y para todos los gustos, pero no muchas, las justas para la población y los turistas. No es muy grande en general, aunque más a las afueras si que hay muchas casas, las típicas inglesas, que a mí me resultaron muy raras la primera vez que estuve en una. Me recordó a la casa de Pini Pon, no sé si os acordáis ;) Me parecía muy pequeña por fuera, pero por dentro era enorme.
Otra de las cosas que me impresionó de Bournemouth fue la seguridad de la gente, es decir, las casas estaban sin vallar, las ventanas sin rejas,...Los coches y bicicletas de los niños pasaban todo el día y toda la noche en la calle, y no había robos ni ninguna incidencia, eso me impresionó muchísimo.
Es un pueblo que está muy acostumbrado al turismo, ya que hay muchísimos colegios de intercambio de estudiantes. Yo diría que hay más estudiantes de intercambio que gente nacida allí.
Otra de las maravillas que me encantó fue la playa, y el que pensaba que era un puerto marino diferente a los de España por dónde se situaba, resultó ser un teatro con casino, tiendas y hasta atracciones para los niños, como en una feria.
También me encantaron los parques, hay bastantes, todos verdes y con actividades como mini-golf y kioscos donde puedes comprarte ese helado inglés tan conocido. Además los suelos estaban muy limpios, a pesar de que no veías ni una papelera ni un contenedor. De los parques me llamó la atención un cartel que había, con un dibujo de un perro en el que informaba de que sí su perro hacía sus necesidades en el parque y no lo limpiaba se multaría con una cantidad considerable, podéis verlo en una de las fotos que adjunto. Ah, y en los parques además de palomas, correteando entre la gente, también había ardillas sin timidez alguna.
Si queréis tener una perspectiva distinta, os aconsejo que os subáis al denominado "Bournemouth´s eye" que se trata de un globo. Nunca antes había montado en uno, y fue una primera experiencia más, muy positiva.
En general, el ambiente que respiré, tal vez por la época del año o porque era la primera vez que estuve allí, fue genial, de simpatía, agradable, la gente era muy sociable, dinámica y divertida, eso sí, los españoles los conocíamos a 3 leguas, como dicen, por el tono de voz, que era mucho más fuerte que el de cualquiera de allí ;)
Y por la noche, un ambientazo muy joven y respetable, porque allí se solían recoger muy pronto, además el 90% éramos estudiantes de intercambio.
Respecto a la comida, la mayoría de los restaurantes eran árabes, aunque encontramos 5 restaurantes españoles con unas tapas auténticas españolas, el jamón, por lo que pude ver venía de España y estaba muy rico. Restaurantes japoneses era lo que menos había.
En conclusión, el resultado de mi experiencia fue muy positivo y os lo aconsejo para visitar.


