Muy temprano por la mañana, cerca de ...
Muy temprano por la mañana, cerca de las 6:00 am salimos del portal norte de la ciudad de Bogotá rumbo hacia uno de los departamentos más bellos de Colombia, un departamento mágico lleno de gente amable y hospitalaria. Tomamos el primer autobús rumbo a la ciudad de Duitama, después de 2:30 minutos ya estábamos pisando tierra boyacense. En el mismo terminal de esta ciudad, tomamos una buseta pequeña que nos llevó hasta nuestro destino, donde habíamos hecho una reserva hotelera; Santa Rosa de Viterbo, a tan solo 15 minutos de Duitama y por un módico precio de $1.800 COP (0.98 USD), en el trayecto entre Duitama y Santa Rosa, se puede observar las bellas montañas que parecen tapetes de colores y pequeños riachuelos que surcan las vías; en 15 minutos ya estábamos en el parque principal de Santa Rosa, un lugar muy tranquilo, un poco solitario pero especial para quienes buscan descansar del ruido incesante de las grandes capitales.
En Santa Rosa de Viterbo nos alojamos en el hotel el Aerolito, llamado así por el hallazgo en esa población de fragmentos de una roca que cayó desde el espacio y que actualmente, una parte de éste se encuentra en el museo de la Universidad Nacional en Bogotá y otra fue llevada al exterior. La noche en el hotel en temporada baja cuesta $50.000 COP (27,38 USD) en acomodación doble y realmente vale la pena porque es la estadía en este lugar es muy cálida y placentera.
Cerca de las 10 am dejamos las maletas en el hotel y tomamos rumbo hacia una población que según mis investigaciones era uno de los pueblos más hermosos de Boyacá, y así fue. Estábamos en Tibasosa, una población a 20 minutos de Duitama, la cual goza de clima frío pero se hace cálido gracias a la hospitalidad de su gente. Sus montañas cercanas al centro de la ciudad la convierten en un valle lleno de encanto.
Al llegar al parque principal, nos encontramos con que los residentes se acercaban a nosotros para ofrecernos una degustación del famoso Sabajón de Feijoa, una bebida alcohólica cremosa elaborada a base de esta fruta cítrica que se cultiva en estas tierras y es emblema e ingrediente principal de los productos gastronómicos de Tibasosa. A mi opinión me pareció una excelente bebida, especial para aquellas ocasiones en las que no se tiene gran presupuesto para descrestar. Recorrimos el parque principal y comimos de cuanta cosa nos ofrecían, la verdad estábamos muy contentos con la amabilidad de las personas de este municipio y pues no olvidé llevar unas cuantas botellas de sabajón para disfrutarlas en familia, quizá en alguna ocasión especial donde no contara con el dinero necesario para sorprender a mis invitados. Una botella de sabajón de 500 ml cuesta cerca de $6.000 COP (3,28 USD).
En horas de la tarde decidimos entrar al Parque Guatika, una granja temática con atracciones para los más aventureros. Existen varios planes y precios para la entrada al parque, nosotros compramos el pasaporte general, puesto que es el más económico y nuestro presupuesto no podía acceder a mejores beneficios, pero de igual forma pudimos disfrutar de casi todo lo que Guatika nos ofrecía.
En horas de la noche estuvimos de regreso a nuestro hotel en Santa Rosa de Viterbo, después de un extenuante día de recorridos por el departamento de Boyacá.