Helados y de paseo por el castillo
En el camino hacia el castillo, tenemos que atravesar la granja que comparte nombre con casi todo, Castillo de Brough, donde la esposa del granjero, ha reformado unos viejos establos, la zona más cercana al castillo de la misma granja en una pequeña cafetería, en donde además de comer algo y tomar café o té, podemos probar la especialidad, no solo de la granja, es la de todo el pueblo: los helados.
Una maravilla, no solo por su variedad en la selección y sabores innovadores, además por que están elaborados con productos 100 % locales: leche de la granja, frutos del bosque, etc. Su fama hace que muchos locales acudan a esta localización para dar un paseo, pasar una jornada entre la naturaleza y por supuesto pasear por el castillo saboreando un helado (la entrada es gratuita).
Al ser clientes de esta cafetería / heladería tenemos acceso gratis a su parking, que es el que nos situará más cerca del acceso del castillo (no obstante, en esta aldea aparcar no es un problema).
Finalmente destacar la amabilidad de la dueña que cuando se atiende al público hace bastante y nos ayudará con sus consejos ante nuestra inminente indecisión ante tanta variedad.
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