El litoral brasileño es sencillamente ...
El litoral brasileño es sencillamente alucinante. Es tan enorme y diverso que necesitas meses para recorrerlo entero. Pero si dispones de pocos días y buscas relajarte al estilo brasileño, o sea absolutamente, coge un vuelo a Rio de Janeiro y desde el mismo aeropuerto un transfer (nada más que dos horas) a Búzios.
Vente con una maleta pequeñita: En este paraíso sólo necesitarás un bañador, un par de camisetas, un pareo, protección solar, un sombrero, gafas de sol. Ni siquiera traigas zapatos: En Búzios te compras un par de ‘ojotas’ Havaianas y con eso andas todo el día.
En este rincón de marineros descubierto recién en la década del 60 y frecuentado en aquel entonces –entre otros- por Brigitte Bardot, hay más de 20 calas de agua trasparente y cálida. Pequeñas, grandes, desiertas, más concurridas. Con olas para surfear y sin olas para bucear. Con arena gruesa y arena fina. A algunas sólo llegas a pie atravesando bosques tropicales o bordeando acantilados, a otras en un buggy alquilado, un divertido carromato de plástico con un básico motor de coche y descapotado. Por la comida, despreocúpate y goza: Aunque estés en una cala perdida, siempre aparecerá un vendedor con ostras frescas, ‘siris’ (cangrejos) recién asados, ‘milho quente’ (mazorca de maíz caliente) y zumo de coco, que se bebe, naturalmente, del mismo coco.