Cabo Espichel

Otro de los grandes descubrimientos en mis viajes por Portugal. Recuerdo este bellísimo lugar por su acogedora soledad, por el ruido del oceàno bramando contra las rocas. Pero sobre todo por la belleza del faro y de todo el conjunto de edificaciones que parecían sacadas de alguna vieja película, y como olvidados decorados de otra época se han quedado ahí, dando una bella armonía al lugar. Portugal tiene muy bellos rincones, para mi este es de los más inquietantes y armoniosos a la vez.Un rinconcito que guardo en mis más profundos recuerdos. Lugar para perderse, para no tener prisa, para dejarse llevar por la el viento.

El faro del Cabo Espichel es uno de los más antiguos de Portugal, construido en 1790 por una orden de Pombal de 1758, con luz blanca fija, con 30 millas de alcance. En 1947 se cambia el aparato óptico por uno anteriormente instalado en el faro del Cabo da Roca, pasando a ser aeromarítimo, con destellos blancos sencillos cada 4 segundos y un alcance de 42 millas. En 1948 se instaló un radiofaro.

El faro fue totalmente automatizado y tiene hoy un alcance de 26 millas.

Localización: Cabo Espichel, Sesimbra [38º 25,01' N; 09º 12,89' W]

Cabo Espichel, en la población de Sesimbra, se encuentra sobre una larga franja de acantilados, donde se pueden ver a primera hora de la mañana los pequeños barcos de pesca que salen a faenar.

Además del Faro, también se puede visitar un antiguo Convento y la pequeña ermita al borde del acantilado, Ermita da Memoria.

Si tienes oportunidad de poder visitar este lugar en el atardecer, espectacular es la puesta de sol desde la pequeña ermita.

Sesimbra no ofrece mucho más, aún así se puede visitar el Castillo de Sesimbra y la Fortaleza de Santiago.

Las afueras de

El Cabo Espichel es un cabo en la costa atlántica portuguesa, al oeste de la ciudad de Sesimbra. En el lugar se encuentra un faro y un antiguo convento. El cabo es el punto más meridional de las desembocadura del río Tajo.

Muchos turistas son atraídos allí debido a las impresionantes vistas que se contemplan desde sus acantilados hacia el océano Atlántico. El viento sopla con mucha fuerza, hay que protegerse el cabello. Por su clima y paisaje árido parece una ciudad fantasma, con reminiscencias de pueblo del Oeste americano antes de disfrutar de sus bonitos acantilados y su paisaje marino.

Fuimos este verano a Sesimbra y nos encantó, tienes cerca muchas playas espectaculares como Meco, Cavalo o Arrábida.