En su momento, Caelum supuso toda una...
En su momento, Caelum supuso toda una revolución en Barcelona, por lo innovador de su concepto: Una tienda en la que solamente se vendían productos elaborados en conventos y monasterios y en la que también se podían degustar estos productos. No solo eso: El local ocupaba lo que antes era unos baños romanos en el barrio gótico de la ciudad, cerca de la judería. El acceso desde la calle era muy escueto y en el subsuelo el espacio estaba dispuesto con una iluminación a base de velas, espejos y aire de refectorio medieval. El éxito fue inmediato.
Desde entonces habrán transcurrido unos diez años y el negocio se ha ampliado notablemente hasta triplicar su espacio e invadiendo la totalidad de la esquina en que se encuentra situado. La oferta es la misma: Dulces de convento, tes y otras pocas bebidas espirituosas de origen monástico en un ambiente reposado, recluido, que invita a la conversación sosegada.
Sin embargo, el éxito inicial ha pasado su factura: El local siempre está de bote en bote. Lo que antes era un secreto bien guardado, ahora aparece en todas las guías turísticas…Para llegar hasta la mesa, hay que pasar estrecheces, ya que el espacio, pese a haber ganado en superficie, no lo ha hecho en amplitud. Los dulces son buenos, pero caros…
A pesar de esto y de que ya no sea el ‘retiro espiritual’ que era antes, sigue siendo una buena alternativa para tomar algo en la zona y una curiosidad digna de verse.
De Barcelona, al cielo. Perdón, al Caelum...