Café Amandine

El Amandine es un precioso café-restaurant con aires parisinos en las inmediaciones del Moldava, en Praga.
Su carta cuenta con quiches, crêpes, galettes, ensaladas, sopas, y muy buena repostería.

El precio es más o menos el standard de cualquier restaurante en Praga, eso sí, no es un sitio turístico, y se agradece.

El personal es muy amable, y algunos hablan inglés, teniendo todos muy buena disposición.

Quizá lo que hace al Amandine más interesante, es su decoración afrancesada, sus lámparas Art Nouveau, las vidrieras, el personal vestido como en otra época, con cofia blanca incluida.

El servicio es tan pésimo y el precio es tan elevado que no merece la pena ir.

Teniendo el restaurante con solo dos mesas ocupadas solo se encargaban de atender a los locales mientras los otros dos camareros estaban en la barra con el móvil.

Hasta que no nos decidimos llamarlos no nos trajeron la carta, y así con todo.