Café Bar el Faro

El bar el faro es uno de de los bares más míticos de Santander. Perfecto para tomar unas cañas al salir de la playa o el aperitivo los fines de semana, incluso en invierno.
Lo encuentras justo al lado del faro de Cabo Mayor, uno de los lugares más emblemáticos de Santander e imprescindible si visitas la capital de Cantabria.
El bar cuenta con numerosas mesas y sillas al aire libre, que normalmente están siempre abarrotadas si vas los fines de semana, sobre todo con el buen tiempo. Ya que las vistas que tiene al mar desde aquí son chulísimas, al igual que los atardeceres.
También es muy típico de allí ir a tomar las rabas al mediodía, aunque sinceramente a mi no son las rabas que más me gusten de Santander.

Gran ubicación de la terraza de esta cafetería. Se puede comer bien sin ningún problema. Buen servicio, atento a los detalles y un precio correcto. Las vistas son de consideración. Tiene un aparcamiento justo delante y una amplia planicie verde.
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Fui con mis suegros a tomar el café después de una comida que hicimos en Santander, me dijeron de ir a un sitio bonito donde se apreciara unas bonitas vistas y se pudiera tomar un café, les propuse el faro, error gran error, después de estar 40 minutos esperando en una mesa llena de vasos y platos de otros comensales le dije al camarero que si por favor nos podía atender de una vez, me contestó que cuando tuviera un rato se pasaría por mi mesa a limpiarla y acogernos la comanda, le dije que llevaba cuarenta minutos seis pelando que no la había dicho nada porque le veía agobiado pero que ya llegaba

El sitio para tomarse unas rabas es este. Inmejorable lugar e inmejorables rabas.

Disfrutar de vistas desde el faro de cabo Mayor y tener la posibilidad de dar un paseo por la zona es espectacular. Siempre.

Dicen que ofrecen las mejores rabas de Cantabria, no lo se, pero estaban deliciosas, y el entorno es de lo más bucólico, aunque el interior de este bar estaba a rebosar y el ruido era increíble.
Aquí con las rabas se toma sidra y unos pequeños caracolillos que no recuerdo como llamaban.

Está en un lugar privilegiado, es amplio y con buena terraza, pero tiene el peor servicio de Santander, con difrentencia. Los camareros están agobiados, pero eso no disculpa que sean unos bordes. Y lo digo porque ya he vivido varias experiencias desagradables.
El último día que he ido, después de esperar casi una hora, me acerqué a la barra, y le pregunté, de bastante buen modo, que si podía pedir ahí y llevarlo a la mesa, ya que tras casi una hora esperando, no teníamos mucho más tiempo.
El camarero me contestó de muy malos modos, incluso me gritó... volví a la mesa y paré a hablar con unos amigos. El camarero que me había seguido, les montó una bronca espectacular, creyendo que era mi mesa. Le tuvimos que aclarar que mi mesa era otra, que ellos se acababan de sentar.

Gran rincón para disfrutar de unas magníficas rabas con unas vistas fantásticas. Es perfecto para aperitivo, comer o cenar. Dentro suele siempre estar muy animado, pero disponen de una gran terraza en la que se está la mar de a gusto, además las vistas como ya digo son inmejorables.