Café del Castillo

Esta semana he estado en Cuenca y después de pasar una fría mañana de trabajo que nos ha traído esta bajada de temperaturas, buscamos un sitio para tomar algo, alguna tapa y tomar una bebida por el casco histórico pero visto que estaba imposible aparcar, nos dirigimos a la parte alta de la ciudad donde hay aparcamientos y hay siempre sitio, pero que luego da mas pereza bajar.

Disfrutamos de las vistas de las Casas Colgadas, la catedral, etc. Y por la sensación térmica decidimos entrar en el primer sitio que vimos que era este Café del Castillo.

Al entrar, no había nadie, nos dio sensación de limpieza y pensamos que íbamos a pasar un buen rato. Enseguida, nos sacaron la carta para que la viéramos y pidiéramos algo pero inicialmente pedimos solo las bebidas, que por cierto, eran un poco caras, comparadas con los precios de la ciudad, ya que otras veces habíamos estado.

Nuestra experiencia ha sido la peor que hemos vivido últimamente.

Para empezar pedimos un menú del día,ponía que tenían sopa de cocido y en un día fresquito de diciembre es lo que más apetece,pero cual fue mi sorpresa que cuando me la trajeron era de un color amarillo y cuando la probé era una sopa de sobre.Por supuesto devolví el plato y me alegaron que sí que era casera que le echaban codillo!!!

De segundo un magro con tomate, ni que decir de las patatas congeladas con tomate frito y tres cachos de carne.

Resumiendo la cocina malísima,poca cantidad lo
único que merecía la pena fue el pudin que pedimos de postre.