Tomando un café en la plaza vieja
Después de pasear todo el día por el centro histórico de La Habana, La Habana Vieja, llegamos a la que para nosotros es la plaza más bonita de la capital, la Plaza Vieja, una plaza que nos recordó a muchas de las plazas que pueden verse distintas ciudades españolas. La plaza es rectangular y está rodeada de pintorescos edificios coloniales que hacen que estar por allí durante el atardecer, momento del día en que menos pica el sol, sea todo un placer para la vista.
Así que eso hicimos, nos quedamos por la plaza un buen rato pero no lo hicimos solos, lo hicimos con la compañía de un buen café, algo que debe ser muy típico a jugzar por la gran cantidad de cafés que rodean la Plaza Vieja. De los que había decidimos sentarnos en el Café El Escorial, un bonito café de esos de toda la vida con una decoración más propia de un museo que de una cafetería :P
La cafetería es bastante grande y además de tener muchas mesas dentro del local también tiene varias mesas en su terraza, lugar donde nos sentamos. Pedimos café con leche, muy bueno, aunque caro si lo comparamos con los precios de los cafés de otras cafeterías (de zonas menos turísticas eso sí). De todos modos tampoco fue una barbaridad, 1.25€ cada café con leche.