Café Haus Zur Rose

Ha sido imposible resistirse a este lugar. Entre lo bonito que es su exterior, una casa típica de entramado de madera, adornos, flores, tejado picudo.... y las delicias que ofrece en su cocina, pues eso, que hemos caído en la tentación!

El lugar es pura poesía, hacen uns tartas caseras de chuparse los dedos y además todo está decorado con un gusto exquisito.

Un delicatessen en todos los sentidos. Los responsbles son muy amables y atentos y te dan buenas recomendaciones sobre sus creaciones, aunque se hace difícil decidirse :-).

En un pueblo de artistas, no podía faltar un local donde el arte lo trasladan a la mesa.