Una delicia con vistas únicas
Aunque aparece en varias guías sobre Bali, y en el boca a boca siempre tiene un lugar, no resalta como la mejor comida de la isla, aunque a nosotros sí que nos pareció más que aceptable.
El local está totalmente integrado en el conjunto de edificaciones que forman la entrada al templo de Pura Saman Saraswati, y no hay mejor lugar para disfrutar de la comida y las vistas del estanque de lotos y el templo que la mesa que nos ofrecieron.
El servicio, como en todo Bali, muy rápido y eficiente y las raciones para compartir más que suficientes.
Tenemos que tener en cuenta, eso si, que como casi toda la comida oriental es de rápida digestión, por lo que al par de horas tendremos hambre otra vez.
Uno de los platos vendría a ser como nuestras tapas, una selección de cositas para picar, que se llama Makanan Ringan, que constaba de Lemper (arroz y pollo), Sambal Udang (gambas picantes),
Pepes Ikan (pescado cocinado en hoja de platano), Tumis Terung (berenjena salteada),
Tahu Bergedel (pastelitos de tofu fritos) y Rujak (fruta en escabeche al estilo de Bali)
Luego seguimos con Ayam Sisit, pechuga de pollo marinada con sayur lodeh (vegetales cocinados con leche de coco) y arroz cocido ligeramente picante.
Para acabar Sate Lilit Kambing, brochetas de cordero sazonadas con especias balinesas a la parrilla, con chips de coco, lawar de vegetales balineses, arroz y sambal, que es la salsa picante.
El precio no es alto, ni bajo. No es como comer en la calle que puede costar unos 2 euros por persona. Aquí, al ser turístico sube la cosa a unos 16 euros por persona.
Eso sí, el entorno, bien lo vale.


