Para los amantes del dulce
Cake Home Café compensa el pequeño tamaño de su local con una situación excelente (junto a dos de las calles más comerciales de la ciudad), pero lo suficientemente resguardada para poder merendar en la terraza con algo de tranquilidad. La decoración es muy bonita, te da la sensación de entrar en una casita de muñecas. El trato también es muy bueno, aunque tengo entendido que en determinado momento cambiaron de dueños y al principio se notaba a los nuevos empleados algo despistados.
Los batidos de chocolatinas son fantásticos para merendar algo frío en verano.