Calanques

Calanques sería el equivalente a fiordos o zonas de calas y acantilados que se encuentran en la costa azul, entre Marsella y Cassis, principalmente.

En el puerto viejo de Marsella compramos los tickets para hacer un crucero de tres horas por las calanques (existen tours de 2h o de 3h).

Hacía un día soleado con una suave brisa muy agradable, al principio, que acabó convirtiéndose en un fuerte viento que ocasionaba una fuerte marea. El barco no paraba de balancearse y fuimos muchos los que nos mareamos y deseamos que terminara la travesía...

No obstante, las vistas merecieron la pena ya que algunas de las 12 calanques mostraban paisajes fabulosos.

Lo mejor de mi viaje a Marsella fue esta escapada, sin duda. Nos cogimos un autobús desde el centro y en 40 minutos nos plantamos en este fantástico parque natural. Bueno, ese día estaba cerrado por riesgo de incendio, no pasa nada, volvimos al día siguiente.

Tras 45 minutos de senda (en chanclas, jajajaja) llegamos al paraíso en forma de calas únicas y personales. Sí, sí, personales e intransferibles, jeje, tocábamos a cala por persona, ¿te imaginas? Allí pasamos un día increíble, tres colegas, un sol de justicia y mucho de beber. Tras dejar todo como una patena, nos dimos la vuelta y volvimos a disfrutar de unas vistas increíbles, esta vez al atardecer.

Tras tomar un bus que no en mucho tiempo nos alejó del centro de Marsella y que nos llevó a la frondosa zona de las universidades, caminamos durante una hora por senderos rodeados de árboles y entre pequeños montes, hasta llegar a una de las vistas que más me han emocionado de todos mis viajes.

Desde lo alto del sendero, y tras llegar a una pequeña explanada, el mar Mediterráneo, más turquesa cuanto más te asomabas al precipicio, estaba encerrado en parte por prolongaciones del terreno que sobresalían varios metros sobre el mar. Todas ellas estaban en parte manchadas de verde. Los árboles se las apañaban para crecer entre las grietas.

Un sitio seductor pues el mar Mediterráneo y sus senderos naturales son perfectos para disfrutar los días de sol de Marsella. Puedes escalar, caminar, hacer picnic y hasta nadar, si eres más aventurero.

Llega temprano, lleva zapatos, mucha agua y un snack energético, no vas a querer salir del parque sin ver al menos dos calanques. Hay momentos en que la niebla desciende y refresca la caminata. Puedes encontrar parqueadero en las entradas del parque, a menos que quieras atravesar la ciudad a pie luego de la caminata.

Se encuentran emplazados al sur de la ciudad. Los calanques son una especie de fiordos o rías pequeñas situadas en un macizo. Las vistas son alucinantes. Muy recomendado.