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Calle del Madrid más auténtico. Recorrida día y noche por una cantidad impresionante de madrileños, turistas, visitantes. Donde ver y dejarse ver. Donde es obligatorio pararte en cualquiera de sus bares y degustar el "Bocata de calamares" y unas buenas cervezas fresquitas.
En ella podemos encontrar desde las tiendas más curiosas de arte religioso a otros de notable arraigo. Casas recuperadas con fachadas de colores teja, tierra. Antiguas posadas, modernos bares de tapeo.
Todo tipo de curiosidades, tribus urbanas, macarras, modernos, vendedores ambulantes, niñas bien, es lo más. Pasear tranquilamente desde la Plaza Mayor hasta la Puerta del Sol por esta calle no tiene precio. Cada dos por tres debes parar porque algo llama tu atención: Un sonido, un olor, una mirada, un viejo libro en un escaparate...
