la calle de los museos .
Callejeando por el casco viejo, te encuentras con una oferta cultural importante, casas museos con varias exposiciones sobre todo en una de las calles adoquinadas más típicas, como el callejón Cabra - Cancha o "Calle Jaén" con su famosa Cruz Verde, para ahuyentar lo maligno.
Una ciudad que se pronunció contra el yugo español en 1809, con de Pedro Domingo Murillo. Sin duda recorrer esta ciudad te deja sin aliento, dado a su inmensidad, a su altura, a tanto que visitar de ahí que sintamos el sorojchi o mal de altura aún al final del recorrido.
Una calle con sabor de la época colonial, una calle empedrada con casonas y balconadas que te hacen volver la mirada que maderas y que poemas en las esquinas, algunas en azulejos, otras en hermosos bustos.
Pero serán los museos que cobija en un tramo pequeño , pero intenso de cultura, de sentimientos de los que allí vivieron y la huella que dejaron para seguir saboreando a día de hoy.
Un consejo yo así lo hice, sacar un tique que abarcara todos los museos y tu decides por cual y en el que más tiempo estar- Los visite todos, da tiempo sin agobiarse.
Destacando la "Casa de Murillo" entras a un patio empedrado, con plantas y una escalinata que se abre en dos direcciones del siglo XVIII. Con salas de exhibición, algunas acogen la pinacoteca colonial con obras de Melchor Perez de Holguín, con retratos y obras de la escuela paceña y cuzqueña, cuadros de Nalaso y Lara.
Destacar también la sala de la conspiración, donde se gesto la conjura contra la dominación española o el dormitorio de Murillo. Merece la pena, sin duda sentir la influencia y la sobriedad Española.