Precioso enclave costero
Asilah o Arzila es un precioso pueblo de casitas blanquiazules que se encuentra a tiro de piedra de Tánger, a tan solo 32 kilómetros que pueden salvarse cómodamente en tren o, más cómodamente aún, en coche (hasta allí te llevan los taxis de la ciudad sin problema). Es un pueblo tranquilo, de poco más de 10.000 habitantes, razón por la que sirve de campo base a muchos artistas de este y de otros continentes.
Aunque cualquier momento es bueno para visitar este enclave costero de origen fenicio hermanado con la portuguesa Sintra, es en verano cuando el lugar está más animado, especialmente si coincide con la celebración de alguno de sus festivales culturales. De hecho, en un evento de este tipo, la afluencia de visitantes y turistas de larga estancia puede multiplicar la población por 10.
Quizá sea en invierno cuando Asilah muestra su cara más auténticas. Es una delicia pasear entre las sombras de sus inmaculadas callecillas llenas de murales o asomarse a sus almenas bañadas por el océano Atlántico. No te pierdas su medina ni su mercado regular, ¡hasta posters del Barça allí podrás encontrar! También existe gran variedad de obras de arte para comprar o tatuarse en la piel, no serán pocos los vendedores que intenten encasquetarte alguna.
Estando en Tánger me parece una visita más que recomendada. No tiene nada que ver con esta ciudad. Es, como digo, una auténtica delicia que, si has estado en Túnez, probablemente te recuerde a su Sidi Bu Said aunque en Asilah el ambiente es mucho más tranquilo.


