Bretagne
Un abanico de puntas rocosas
Camaret es uno de los puertos más bonitos de Bretaña y guarda un encanto especial gracias a su antiguo cementerio marino, su capilla, la torre Vauban, sus playas y sus espectaculares acantilados.
Camaret-sur-Mer se sitúa en la punta de la península de Crozon y bien merece una visita de uno o dos días. La vida de sus muelles recuerda que el puerto fue un importante centro de pesca de sardina y de langosta. En la zona portuaria, entre los barcos de recreo, no te debes perder bajo ningún concepto el cementerio marino, donde las siluetas de los barcos y la antigua maquinaria hablan un pasado glorioso.
En el lado opuesto, la capilla de Notre-Dame-de-Rocamadour alberga un fabuloso cementerio de barcos, donde podrás ver maquetas de barcos donados como agradecimiento por los que se salvaron de algún naufragio. Después podrás dar un paseo hasta la torre Vauban, llamada “torre dorada” por su color ocre. Esta torre fue declarada patrimonio universal de la humanidad y antaño protegió Camaret de las numerosas amenazas que asolaban Bretaña desde el mar.
Cerca de Camaret, se encuentran los alineamientos de Lagatjar. Son los más importantes de la zona y abarcan un centenar de menhires. Fueron descubiertos en 1928 y algunos de ellos miden más de 3 m de altura. Se caracterizan por su disposición en líneas perpendiculares. Otro misterio de Bretaña...
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