Erika Paz
Actividades ecológicas que desarrollan la individualidad del infante
El amor fue lo que llevó a María Fintch y Luis Porras a radicarse en una hacienda propiedad de la familia de ella en la vía hacia Mampote, en el Estado Miranda. Optaron por un lugar medianamente retirado de la ciudad, rodeado de verde y donde se pudieran criar animales de granja para darles a sus hijos otro estilo de vida. Ellos consideran que este era el ambiente ideal para que su familia desarrollara otras capacidades que no lograrían obtener en el agitado mundo citadino.
Los amiguitos de sus hijos quedaron encantados con el sitio, una casa convertida en un lugar de juegos. Así fue como nació la idea de abrir La Milagrosa al público para que otros pudieran disfrutar de lo que ya ellos gozaban.
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