El frío de lo inhumano
Visité Terezin (aunque yo lo conocía por su nombre alemán Theresienstadt) a finales de diciembre, por lo que puede imaginarse el frio que hacía en la República Checa por esa época...aunque nada comparado con el frío interior, de ese que cuesta quitarse, con el que sales tras visitar el campo de concentración de Terezín (y su aledaño crematorio).
Para llegar a Terezin, no es necesario contratar ninguna excursión organizada, al menos en invierno, simplemente coger un autobús en la central de autobuses de Praga (Nádrazí Holesovice, Jízdenka) que te deja delante del complejo en una hora. El precio ronda las 100 coronas, por lo que es bastante asequible.