Dewi Sri, la diosa del arroz
Los lagos de montaña, el clima templado y las ricas tierras volcánicas de Bali son idóneos para el cultivo del arroz. Aunque parte de la tierra de cultivo se destina a otros usos, los arrozales abancalados permanecen como fértil dominante del paisaje rural, y el culto y cultivo del arroz apenas han cambiado desde el Neolítico. El terreno escarpado dificulta la mecanización y plantea problemas para el cultivo por medio de inundación, ya que el agua fluye muy por debajo de la tierra cultivable , en el fondo de las profundas gargantas. La solución adoptada por los balineses consiste en un ingenioso sistema de canales túneles y acueductos de irrigación que desvían el agua desde los manantiales de montaña hasta las comunidades agrícolas.