Cañaveral de León

Como contrapunto a la playa decidimos cambiar de destino estival para disfrutar un domingo diferente a la sierra de aracena y buscamos un lugar algo más apartado del turismo. Habia oído hablar de este lugar que aprovecha los recursos de un manantial para crear toda una piscina en una plaza. No tuvimos suerte con la climatología aunque pudimos admirar lo exótico del lugar. Parecía que se preparaba un evento sobre esta laguna artificial por las pasarelas que había sobre ella y además pudimos degustar las delicias ibéricas de la zona.

Es un sitio muy curisoso, ideal para refrescarse sin tener que ir a la playa... En una de las plazas del pueblo hay una piscina con agua que viene de un manantial. Hay varios bares alrededor de la piscina, por lo que puedes estar tapeando y darte un baño de vez en cuando. Al fondo, se ve la Sierra de Aracena.

Como punto diré que el lugar está bien, pero la atención NO. Quiero contar mi historia porque acabamos mu decepcionados con el lugar y sobre todo con el trato.

Nos hicimos 250 kilómetros para conocer este pueblo y su piscina (que resulta que no es una piscina, sino una alberca que se usa para el riego de los huertos, pero la usan para el baño) cuando llegamos nos encontramos que efectivamente el lugar no está provisto de lugar dónde poner nuestros bolsos y mochilas, desprovistos de sombra solo algunos árboles y nada más. Colocamos nuestras mochilas en un poco de sombra y antes de nada, nos ponemos a darle de comer a nuestro bebé de 9 meses.