Excursión por los cañones del Sinaí
Hace siglos, la península de Sinaí estuvo cubierta por el mar Rojo, que al retroceder dejó al descubirto territorios repletos de sedimentos, que el viento y la propia arenisca han ido modelando y puliendo a los largo del tiempo. Los restos fósiles certifican el pasado submarino de esta región.
Esta es una ruta de senderismo/trekking incluida en una excursión de un día, que podrás contratar en Dahab, Nuweiba o Sharm el Sheikh (más lejos).
El jeep te deja en un área (léase punto X de la carretera) cercana a la entrada del cañón. Desde aquí, el médano que se recorre es de unos 700 m. De longitud, bajo un tórrido sol que regala unos 45º de justicia (esto a finales de Septiembre). En ocasiones exige pequeñas escaladas, aptas para casi todos los públicos.
La caminata se hace por el interior del cañón, siguiendo el curso de lo que algún día debió ser tejido por corrientes de agua, y flanqueados por paredes de hasta 50 metros de altura. El agua, y los minerales que arrastraba, se encargaron de dibujar las rocas, con vetas de todos los tonos rojizos y anaranjados imaginables. Luego el viento, el polvillo de la propia roca caliza y la arena del desierto del Sinaí, terminaron la vistosa e intrincada obra.
La ruta termina en un valle hondo, cercano a una rudimentaria área de descanso, donde espera el todoterreno para continuar la excursión hacia una micro-aldea beduina, cercana a una cueva con un manantial, donde nos dieron de comer. Pasando previamente por el "árbol de piedra" .
Por la tarde se continúa caminando por el cañón blanco, hasta una meseta, donde nos vuelve a recoger el jeep, para regresar a Dahab.