paulinette
Me pongo a caminar por los 18 km que...
Me pongo a caminar por los 18 km que tengo que recorrer hasta la laguna de Quilotoa desde Zumbahua, por el cañón de Toachi. Los tres primeros kilómetros, por lo menos, me acompañan unos niños, Melinda, una niña muy linda de 11 años que parece 8 como mucho, y está llevando a sus tres hermanos de 2 a 8 años a casa, a pie, ya que sus padres siguen en el mercado. Los cuatro niños caminan como si de nada, la pequeña tiene algo de pena, si no tuviera mi mochila ya me la hubiera cargado!
Está ahí, con una sonrisa enorme, las mejillas quemadas por el frío, el sol y el viento, las niñas parecen pequeñas muñecas con sus faldas de terciopelo y sus sombreros andinos, y los niños van vestidos con ropa americana, procedente de donaciones seguramente.
Más se acerca de la laguna, que tampoco es una inmensa atracción turística, más los “hola” se convierten en “hello” y los “que tal?” en “dame un boli! dinero! Algo de comer!”. Llego arriba después de 18 km de sonrisas, pero también de subida difícil, solo me queda bajar al corazón del cráter que tiene la laguna en su centro. Al fondo hay un pequeño refugio, muy básico, que cuida la comunidad Quichua.
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