Capriccioli

Esta playa se encuentra en la costa Esmeralda de Cerdeña.
En general, el agua de las playas de toda la isla es turquesa y transparente, pero esta nos impresionó especialmente.
Cuenta con dos zonas separadas por unas rocas, pero el espacio de arena para poder tumbarse es reducido, sobre todo por la gran afluencia que recibe en verano.
Es recomendable llevarse algo para comer, ya que en la zona no encontramos ningún chiringuito ni restaurante a la vista.

El único pero, como comentaba anteriormente, es que al ser tan pequeñita, se llena bastante. De hecho fue en la única playa donde tuvimos problemas para aparcar. Entre semana cuenta con un parking y el fin de semana abren otro más (2€ la hora).

¡Menuda playa!

Cuando visité Capriccioli el agua estaba a la temperatura perfecta, con un tono azulado típico del mediterráneo y una arena que daba gusto pisar, pasé ahí horas y no me cansé de las vistas ni por un momento (mientras paseas por la orilla puedes ver las islas de Soffi y Le Camere en el horizonte).

Las rocas le dan a la playa un toque de variedad y te permiten observar la flora y fauna marina que hay entre ellas y si no te has llevado gafas de buceo tampoco tienes que preocuparte porque el agua es totalmente cristalina.

En fin, una preciosidad.

No olvidéis llevar gafas de buzo y tubo, es increíble ver el fondo marino.