Un alojamiento especial
Tuvimos las suerte de encontrar este lugar único. Su propietario nos acogió con gran amabilidad desde el primer momento y nos explico detalladamente como mantener la conservación de la preciosisima casa rural que poseen para que nos sintiéramos como en nuestra propia casa. Cada rincón esta pensado al detalle, se respira tranquilidad, paz, aderezado con un aroma de velas e incienso delicioso, mantienen una música preciosa que acompaña a la perfección al entorno. Las fotos no son muy abundantes y posiblemente no le hagan justicia por lo que realmente es, os animo, si os interesa el alojamiento a visitar su pagina web que es tan detallista y especial como ellos.
La decoración y el entorno son espectaculares y los precios de sus habitaciones no son muy elevados. Eso si, el trato es muy, muy exclusivo y se nota mucho esa diferencia con otros alojamientos. Lo único que no pudimos disfrutar fue de los desayunos que ofrecen. Todo productos caseros y de calidad, que no dudo de su palabra por la perfección que percibimos, pero algo caro para nuestro bolsillo: 9€ por persona y día. Un día, como desayuno especial siente lo puedes permitir, pero en mi caso, solo eso. Nosotros no podemos valorar el desayuno porque tuvimos que marchar pronto los dos días que estuvimos, pero creo que los dan en una mesa con unas vistas increíbles y no dudo que lo que te ofrezcan será abundante y delicioso.
Por otro lado apuntar también que tras el recibimiento nos preparo y explico detalladamente la zona entregándonos unos planos con todos los lugares señalados y aconsejados (donde aparcar, donde comer, que ver...) e incluso nos ayudo a determinar la ruta que llevaríamos los días que estuviéramos por allí según lo que el conocía y viendo que era mejor hacer en cada momento para poder hacerlo todo y pillar los momentos mas bonitos de cada sitio.. Tuvimos suerte, la verdad, y estuvimos muy a gusto. Recomendamos el sitio sin duda. Lo que si que esta mas dirigido a parejas sin niños o gente mas mayor que le apetezca este tipo de alojamientos, porque los niños, aunque tienen terreno de sobra para aburrirse a correr y jugar no son lo suficientemente tranquilos como para respetar el ambiente de la casa.
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