Un bonito hotel rural en el Camino del Norte donde encontrar tranquilidad y buenos momentos.
Dispone de varias zonas de recreo, terrazas y zonas verdes. En temporada alta tienen restaurante y cafetería donde pasar agradables veladas.
El personal es muy amable y la relación precio-calidad es estupenda.
Realmente recomendable.
Un plus: ¡aceptan mascotas!